Esta es una de las necesidades más sentidas que encontró el Centro de Pensamiento en Desarrollo Sostenible, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, después de analizar la política pública del sector agropecuario en este departamento.

Carlos Mario Ramírez Guapacha, investigador de dicho Centro de Pensamiento y magíster en Administración de la U.N., manifestó que a esta problemática se suma el analfabetismo, que lleva a que se presenten brechas y desigualdades entre lo rural y lo urbano, en cuanto a oportunidades.

Según el Tercer Censo Rural, realizado por el Ministerio de Agricultura en 2016, las condiciones de vida de los 279.392 pobladores del sector rural caldense son desfavorables porque presentan una tasa de analfabetismo del 17 %, un 54,7 % de necesidades básicas insatisfechas (NBI) y un 46,1 % de índice de pobreza multidimensional (IPM).

Se estima además que el 90 % de los agricultores de este departamento tiene en promedio entre una y tres hectáreas.

Carencia de infraestructura

Andrés Felipe Gómez Sánchez, investigador del Centro de Pensamiento, manifestó que “otra de las dificultades encontradas en el análisis es la carencia de centros de acopio para almacenar los productos agrícolas que se comercializan en los 27 municipios de Caldas”.

Agregó que esto “a se le suma el poco valor agregado que se le da a los productos agrícolas. Se produce plátano, café y en pocos lugares se transforma la caña panelera, pero no en las mejores condiciones de infraestructura”. 

En esta zona del país, donde el conflicto armado dejó más de 90.000 víctimas, correspondientes al 62 % de las personas afectadas en el Eje Cafetero, también se presenta un problema de alto impacto negativo, que es la poca asociatividad del sector agropecuario para alcanzar un escalamiento comercial de los productos.

“Si por ejemplo a un cultivador de plátano que produce 50 toneladas al año un potencial cliente extranjero le pide 300, no le va a poder cumplir; pero si se unen varios de los agricultores de forma constituida se podrá hacer escalamiento comercial para entregar el producto requerido”, detalló el magíster de la U.N.

Aunar más esfuerzos

Una de las recomendaciones del Centro de Pensamiento en Desarrollo Sostenible para fortalecer esta política pública –proyectada hasta 2035– es que las entidades responsables hagan un esfuerzo mayor para evitar la dispersión de los productores agropecuarios del departamento.

Su director, el profesor Germán Albeiro Castaño Duque, concluyó que esto lleva a realizar un trabajo interinstitucional que asegure la sostenibilidad de las estrategias y acciones propuestas para que a futuro se den mejores condiciones de vida y oportunidades para los habitantes rurales.

También advierte que deben existir asignaciones presupuestales reales y suficientes para ejecutar las apuestas de desarrollo rural consignadas en la política pública, con el fin de transformar el campo por medio de la inclusión social y productiva.