Daniel Alejandro Pineda Hernández, estudiante de Ingeniería Física de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), y autor del método, destaca que la eficiencia del inhibidor a base de los extractos naturales de la salvia amarga fue de 84,29 %, lo cual contribuiría a prevenir el deterioro químico de materiales como los aceros, generando un impacto positivo en la economía, la seguridad y la conservación de las estructuras fabricadas con este tipo de materiales.
En el Laboratorio de Física del Plasma de la U.N. Sede Manizales se han venido estudiando otros frutos y plantas que actúan como agentes anticorrosivos, entre ellos el aguacate y la salvia bogotana, con óptimos resultados.
La corrosión es un grave problema que ha enfrentado la industria. De una producción anual cercana a los 1.500 millones de toneladas de acero –uno de los materiales con mayor corrosión o deterioro químico– se afectan alrededor de 300 millones de toneladas (25%).
Según explica el estudiante, la interacción de estos materiales con el medio que los rodea propicia su destrucción y desintegración.
Un primer experimento de inhibidores naturales de la corrosión se realizó con la salvia amarga, teniendo en cuenta que en estudios anteriores realizados en la U.N. mostró una eficiencia alta.
Para llevar a cabo el procedimiento, el estudiante tomó las hojas de la planta y las maceró hasta obtener un polvo fino. Luego lo llevó a un proceso de extracción a través de la técnica Soxhlet, que permite obtener el aceite inhibidor.
El extracto obtenido se pone en un recipiente de teflón junto con el metal, en este caso el acero 304; se lleva a un equipo llamado Autoclave, en el que se aumenta la temperatura por medio de una placa calefactora, aumentado así la presión en su interior.
“Primero se utiliza una temperatura de 120 °C para calentar las paredes del autoclave y luego se deja a una temperatura de 60 °C durante cuatro horas, obteniendo así la capa protectora de inhibidor”, precisó el estudiante.
Resultados
En comparación con inhibidores comerciales del deterioro químico del acero 304, la salvia amarga es menos tóxica, no afecta el medioambiente y resulta muy económica.
Para comprobar la eficiencia del procedimiento, el acero recubierto se llevó a pruebas en el Potenciostato Gamry, por medio de espectroscopía de impedancia electroquímica y técnicas potenciodinámicas.
Como resultado se obtuvo una resistencia seis veces mayor en relación con la del acero sin el recubrimiento del inhibidor.
“La resistencia a la corrosión del Acero 304 sin inhibidor es de 134,4 ohmios (?). Mediante el procedimiento se obtuvo una nueva resistencia de 855,6 ?, demostrando que el método de aplicación es eficiente y se convierte en una posibilidad para hacer de estas sustancias naturales un elemento comercial”, manifestó Pineda Hernández.
Esta investigación fue supervisada por los profesores Belarmino Segura Giraldo y Pedro José Arango, y la estudiante Daniela Garcés López, del Departamento de Física y Química de la U.N. Sede Manizales.
Este trabajo se proyecta para diferentes metales e inhibidores de corrosión, para comprobar su viabilidad y contribuir a que el sector industrial disminuya la pérdida de los 26.000 millones de pesos que, según estimativos de la Asociación de Egresados de la Universidad Industrial de Santander, deja la corrosión de materiales.